Ilustración: Ana María González |
“Siempre creí que yo era tu mujer”.
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Elián es una imponente mujer, alta y fuerte, la mejor
en el tiro con arco y con el carácter suficiente como para heredar de un hombre
indeciso el peso de una rebelión, un ejército y un país invadido
a medias. Su verdadero nombre es Daeowyn, pero adoptó el mismo nombre que
el de su tutor, un misterioso guerrero, porque él la llamaba así y
porque desde chica detestaba cualquier cosa que le recordara su condición
femenina. Aunque nació en Lloigar, su patria es Eirí Lann, la isla
que ha ganado y defendido a lo largo de más de diez años.
Elián encontró a dos jóvenes nobles de un pueblo cymrés,
Aconor y Llwyr, cuando era adolescente y no le importaba más que tener dinero
suficiente para comer. Ellos la convencieron de unirse a ellos como mercenaria en
los ejércitos rebeldes. Cosa que hicieron, y a decir verdad les fue bien.
Más adelante, lo de ser soldado de paga pasó a segundo término,
y se forjaron amistades y compromisos.
Con Aconor y Llwyr, Elián mantuvo una relación sexual triple en una forma
que resultaría escandalosa incluso para un satariano (los satarianos son polígamos).
Más tarde se convirtió en compañera exclusiva de Aconor... hasta
que este simplemente la abandonó, dejándola con todo el paquete de
lo que habían hecho hasta entonces.
Lo que hace especial a Elián como jefa del ejército es que, a diferencia
de otros líderes, ella no busca grandes hazañas ni gloria, sino simplemente
ganar. Por ello, jamás ha presentado batalla en campo abierto, y no dudó
en usar la guerra de guerrillas para liberar Eirí Lann. Muchas de sus tácticas
consistían simplemente en atacar la retaguardia del ejército enemigo
y salir corriendo. No vacila en emplear esos métodos poco honrosos, porque
el honor pasa a segundo plano cuando se trata de algo tan importante como la vida
de quienes están a sus órdenes.