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     En un mundo de fantasía, las reglas de la magia (un elemento por lo general presente) son tan estrictas como las de la naturaleza. Es un error pretender utilizarla como panacea, o indiscriminadamente. Si bien uno puede tener la libertad de hacer con ella lo que quiera, es importante ponerse límites y no pasarse de ellos. Por muy fantasía que sea, hay que conservar un buen grado de credibilidad.
     En mi mundo inventado la magia es algo que puede aprenderse, como la danza o el canto, pero, al igual que estas dos cosas, requiere algo de voluntad, perseverancia y talento. Sin pretender agotar mi bolsa de hechizos aún, hago esta pequeña clasificación de los tipos de magia existentes y para qué se usan. El nombre de cada magia está dado, casi siempre, por el pueblo determinado que la utilice.
 

Magia dúla

         Posiblemente la magia más poderosa conocida. Consiste en la manipulación de la realidad y el tiempo, y puede llegar a ser tan potente como para alterar incluso el pasado y el presente.  El pueblo dúla la guarda en escritos resistentes al agua, en su propia y complicada lengua.

     Se supone que esta magia vino de otro mundo, o, mejor dicho, de otro plano de la existencia, traída por seres lovecraftiosos primigenios llegados de las estrellas. En su rama más terrible, puede ser asquerosamente destructiva,  pues un tiempo y un lugar pueden cambiar de acuerdo al deseo del mago.  En la rama más inofensiva, y por lo general a la que un mago común y corriente tiene acceso, es la única magia curativa. Utilizando el principio de que lo único que se necesita para sanar es mantenerse vivo hasta que el propio cuerpo haga su trabajo, recorre una franja de tiempo alrededor de la zona afectada a gran velocidad y así puede bajar fiebres, calmar dolores físicos, inhibir algunos virus (¡inclusive el del catarro común!), cerrar heridas (aunque no siempre se llega a la cicatrización total) y hasta pegar miembros recién amputados. Claro, en el caso de una enfermedad terminal, el efecto de un hechizo como éste sería todalmente adverso. Pero aún queda una solución: en el caso de cáncer, por ejemplo, el tiempo puede recorrerse hacia atrás (mucho más complicado) para demorar el desarrollo de la enfermedad y prolongar la vida lo más posible. De cualquier forma, esto tampoco es una solución total... nunca me agradó la forma en la que la magia curativa se maneja en algunos juegos de rol... como que todas las enfermedades son curables si uno les reza a los dioses adecuados.

     La magia dúla no requiere componentes mágicos; sólo una pequeña cualidad: talento para la música. Los hechizos tienen que ser pronunciados en el tono, la velocidad y el ritmo exactos. Una persona desafinada y sin oído musical no tiene la menor oportunidad con este tipo de magia.
 

Magia jinai

     Poco común, y que tiene algo que decir sobre el pasado guerrero de los jinai, esta magia es la manipulación de la mente. Básicamente ilusionismo, sirve tanto para adornar los espectáculos de teatro y música que tanto disfrutan los hiraieses como para provocar las más horrendas alucinaciones, y, en este último caso, es magia ofensiva de primera clase.

     Un guerrero que combine la magia jinai con alguna técnica de combate hiraiesa (no hay muchos de ésos) resulta un oponente formidable. Los componentes materiales y somáticos  se requieren en la mayoría de los hechizos. ¿Por qué? Bueno, los magos hiraieses no desprecian la tecnología, y han descubierto que un buen hechizo de ilusión duplica su efecto si se le añaden un poco de efectos especiales y coreografía.
 

Magia natural

     La más común, y más sencilla de aprender en poco tiempo. Como su nombre lo dice,  consiste en la manipulación de la naturaleza, e incluye hechizos ofensivos tan sencillos y básicos como fuego y proyectiles mágicos, rayazos, etc., y hechizos defensivos como escudos de fuerza, inducir sueño,  etc.,  además de otros no precisamente de combate, como desviar el cauce de un río, dominar animales (con ciertos humanos también funciona), levitar, etc.

     Su principio: no puedes obtener algo a partir de la nada. Si en la naturaleza hay elementos suficientes para producir fuego, por ejemplo, puedes hacerlo, y controlarlo para que aparezca en tu mano, tan intensamente como quieras.

      La fuerza de la magia natural no es sino la ya existente en la naturaleza, y en estos casos el mago actúa como canalizador. Algunos principiantes, para potenciarla, se descalzan a la hora de utilizarla, con el propósito de absorber tanta energía como puedan del suelo. Dependiendo del hechizo, puede requerirse o no componente material o somático.  Los practicantes de magia natural con frecuencia suelen especializarse en uno o dos elementos determinados, digamos fuego, tierra, aire y agua, o combinaciones de varios, y en este caso su magia se llama también “elemental”.
 

Magia Vinadarin

     Son muy pocos los practicantes de esta misteriosa rama de la magia. Junto con la dúla, comparte un origen extraterrestre; se supone que una extraña raza de selenitas la enseñó a una de las primeras tribus vinadarin . En ella, se dominan los campos de la profecía, las convocaciones (summonning), las invocaciones y las transformaciones. Impera sobre los elementos, los animales y el mundo de los espíritus.

     Su realización implica a veces largos y complicados rituales, y a diferencia de otras disciplinas mágicas, tiene un sentido religioso.  Se le rinde culto a la luna.  Los hechizos siempre requieren componentes materiales, y algunas veces somáticos.  La enseñanza de este tipo de magia, a mayor o menor grado, está muy extendida en la comunidad vinadarin.
 

* Nota: Por supuesto, cada una de estas escuelas de magia no es ni con mucho incompatible con las otras.  Muchas veces un hechicero dedicado aprende uno o varios tipos de magia, y algunos muy creativos inclusive combinan estilos. 


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