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Ilustración: Vandrake

“Hay que vivir... tenemos que vivir”.

  • Raza: Humano jinai
  • Estatura: 1.69
  • Lugar de origen: Norte de Hirai
  • Ocupación: Sie Ku (acróbata y cazademonios)
  • Aficiones: Las mascotas y las plantas
  • Lo que más le gusta: La tranquilidad
  • Lo que más detesta: Las preguntas íntimas
  • Tema musical : A Bridge (That Carries Us Over)/ Clannad
  • Su aparición en esta página: Rostros, El principio, Despertar.

De natural noble, sencillo y hasta dulce, Clyve es un alma del Señor que, pese a no haber tenido una vida nada fácil, todavía está dispuesto a creer que en el mundo hay lugar para la bondad. Dotado de una increíble capacidad para amar y una fuerte disposición para el sacrificio y la caridad, su mayor virtud es a la vez su mayor flaqueza. Su extremada sensibilidad lo hace vulnerabilísimo a los sentimientos, francos o no, de los demás, y a veces su espíritu sobrecargado de preocupaciones busca una imprevisible válvula de escape; la mayor parte de las veces deriva en hiperactividad y en una actitud peligrosamente autodestructiva. Su interior, aunque no se de cuenta, no es tan fuerte, y sus sufrimientos, a pesar de haber quedado atrás, hicieron mella en él. Todo un caso para la psicología, y probablemente para la neurología. Un psiquiatra tal vez le recetaría algo.

En algún momento pensé en él como un paralelo al buen pastor del Evangelio, y eso está simbolizado en el hecho de que Clyve, en sus primeros años, fue pastor. Proviene de una familia de granjeros, y aunque se quedó huérfano entre los siete y nueve años y completamente solo a los quince, tiene una educación hiraiesa muy tradicional que todavía choca un poco con la filosofía de los Sie Ku, que es un tanto “new-agie”. Sin embargo, ama a su familia adoptiva, respeta a sus maestros y se siente muy unido a sus amigos, especialmente a Gensi, otra huérfana nueve años menor que él, de quien se convirtió en tutor a los quince años y a quien adora. Gensi, que puede leer la mente, sabe de sus luchas internas a la perfección, y aunque en teoría el tiene que cuidarla, en realidad es ella quien lo protege... sobre todo de sí mismo.

Para las cuestiones intelectuales y artísticas Clyve es muy listo, aunque no tenga particular inclinación por ninguna de las dos. Su sueño dorado es vivir una vida espantosamente común, como la de cierta campesina llamada Vashti, y al lado de una familia propia. Pero un Sie Ku es un Sie Ku, y, como tal, Clyve tiene que hacer su papel lo mejor posible. Sabe caminar sobre la cuerda floja y mantener el equilibrio sobre los dedos de las manos, entre otras cosas, y cuando combate lo hace a dos espadas, y de una forma magnífica.

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