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          De todas las formas de la escritura, mi preferida es el cuento. Me gusta leer cuentos, y por supuesto escribirlos. Me encantan las historias, sobre todo las que son rápidas,  con acción y con fondo intelectual no muy obvio.  Digo que escribo fantasía, y tener eso como etiqueta eso resulta muy tranquilizador... aunque muchas de mis historias, aquí entre nosotros,  no son precisamente fantasía, o al menos no en el sentido más tradicional de la palabra.

          Mi forma de escribir no es la más elegante del mundo. Suelo tratar las situaciones muy directamente, sin preocuparme mucho por la belleza. El español es una lengua bella, y fue hecha para sonar bonito... pero a mí nunca me funcionaron sus recovecos y jugueteos, sus descripciones largas y sus rodeos de palabras. Creo que es en mis cuentos cortos es donde se nota más que me dejo influír mucho por autores en inglés, y, ya hablando de particularidades, de los pertenecientes a la tradición gótica sureña norteamericana. ¿Mi tema favorito? Se puede adivinar fácilmente... la convivencia humana, y en especial las relaciones entre hombres y mujeres.

          He aquí una selección de mis historias. Algunas son totalmente tyanderianas, otras, la verdad, no. De cualquier forma, espero que les gusten... y que me escriban; sus comentarios y sugerencias son valiosísimos para mí.


Cuentos:

La primera historia tyanderiana que compuse, aunque ustedes no lo crean, cuando tenía ocho años de edad o algo así, aunque no la escribiría sino mucho más tarde. El dragón era el típico malo del cuento.

Inspirada en un extraño sueño con demonios, sonidos metálicos y gente que se pintaba la cara de blanco.

Bueno, éste no tiene que ver con Tyander en absoluto, pero qué más da. La hice en un principio como burla del protagonista de cierto comic aparecido en una revista inglesa, un macho forzudo y despiadado. Mi idea era descubrir qué había detrás de esos músculos marcados, ese peligroso y cancerígeno bronceado y esa cabeza coronada por una indomable melena. Acabé haciendo un desbarajuste...

Érase una vez el taller literario donde participio, y una tarea en casa que teníamos... y ninguna idea original en mi cabeza. Así que me puse a pensar en mitología escandinava y opté por desarrollar algo que ya me tenía intrigada desde hacía tiempo... ¿cómo fue que el dios Loki se convirtió en madre de Sleipnir, el caballo de Odín?

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